El té negro es una de las bebidas más populares en todo el mundo, pues entre sus propiedades cuenta con cafeína, antioxidantes y flavonoides, y es un gran aliado para cuando buscas una bebida energética sin endulzar y con menos cafeína que el café.
El té negro está hecho de las hojas de un arbusto llamado Camellia sinensis y a través de un proceso llamado oxidación (donde las hojas son expuestas a aire húmedo y rico en oxígeno) consigue su color negro parduzco.
Como regla general, se usa una cucharada de té por cada comensal + 1 adicional (para la tetera). La temperatura ideal para preparar un buen té negro es de 80 a 90ºC.
Calentar el agua a la temperatura óptima producirá el equilibrio adecuado de taninos.
Si la temperatura del agua es demasiado baja, es posible que no extraiga toda la gama de sabores. Si la temperatura es demasiado alta, el té será demasiado tánico y tendrá un sabor amargo.
Dejar infusionar de 3 a 4 minutos. La cantidad exacta de tiempo dependerá de las hojas de té en particular y de la preferencia personal por un té más fuerte o más suave.
El té negro es el que más cafeína contiene. Por eso es ideal beberlo por la mañana como desayuno y sustitutivo del café puesto que su efecto estimulante permanece durante más tiempo en nuestro cuerpo y ayuda a despejar e hidratar el cuerpo después de las horas nocturnas de ayuno
Se recomienda beber una cantidad moderada de té negro, es decir tomar de una a cuatro tazas al día, se aconseja no tomar más de esta cantidad, pues podría provocar ansiedad y dificultad para dormir.
Su sabor es fuerte y único, disfrútalo y aprovecha sus beneficios.